El sesgo del statu quo es la tendencia psicológica a preferir mantener el estado actual o la opción por defecto en lugar de realizar un cambio, incluso cuando este podría ser beneficioso. Este sesgo puede influir en decisiones personales y empresariales, como en inversiones, trabajo o elecciones de vida. Esto puede ocurrir debido a varios factores, como:
Miedo al riesgo: El cambio puede conllevar riesgos, y las personas suelen evitar lo desconocido.
Coste del cambio: Incluso si los beneficios potenciales son mayores, el proceso de cambio puede requerir tiempo, esfuerzo o dinero, lo que lleva a priorizar mantener el statu quo.
Familiaridad: Las personas se sienten seguras y cómodas con lo familiar, aunque no siempre sea la mejor opción.
El sesgo del statu quo en la inversión bursátil es la tendencia de los inversores a mantener su cartera actual en lugar de ajustarla o modificarla, incluso cuando hay evidencia de que un cambio podría generar mayores ganancias o reducir el riesgo. Esto se debe a la incertidumbre y al temor a los riesgos asociados con el cambio, aunque este pueda ser beneficioso. Según un estudio de Vuong y Phuc, el 64.3% de los inversores de bolsa en Vietnam mostraron un sesgo del statu quo en la muestra encuestada. Según un estudio de Tri et al., los inversores individuales en China y Vietnam que basan sus decisiones de inversión en su propio análisis o en el asesoramiento de expertos tienen menos miedo durante las crisis del mercado. El miedo se describe como la paralización de las acciones (mantener el statu quo) durante una crisis de mercado. Además, los resultados del grupo de inversión que se basa en el análisis propio o en el asesoramiento de expertos son mejores que los del grupo que invierte basándose en la intuición o en las recomendaciones de amigos y familiares.
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Descripción de la imagen: Gráfico que representa la psicología de los inversores en bolsa cuando el mercado fluctúa y la influencia del sesgo del statu quo en las decisiones de inversión. |
A continuación, se presentan algunos ejemplos del sesgo del statu quo en la inversión bursátil:
Resistencia a vender acciones de bajo rendimiento: Los inversores tienden a mantener acciones que están perdiendo valor o con bajo rendimiento porque no quieren admitir un error en su decisión de inversión, aunque venderlas e invertir en otras acciones podría ser más beneficioso.
Ignorar nuevas oportunidades de inversión: Los inversores pueden ser reacios a probar nuevas oportunidades de inversión, como acciones de empresas tecnológicas emergentes, por miedo al riesgo y porque se sienten más seguros con opciones familiares.
Pereza para ajustar la cartera de inversión: Algunos inversores no ajustan su cartera para adaptarla a las condiciones cambiantes del mercado. Por ejemplo, pueden no reequilibrar su cartera después de una fluctuación del mercado, lo que resulta en una cartera no optimizada.
Preferencia por inversiones familiares: Los inversores a menudo tienden a invertir en empresas que conocen o con las que tienen afinidad, incluso si estas empresas ya no son la mejor opción desde el punto de vista financiero.
El sesgo del statu quo puede llevar a decisiones de inversión subóptimas, lo que afecta la rentabilidad a largo plazo. Ser consciente de esta tendencia y aplicar principios de inversión basados en datos objetivos puede ayudar a los inversores a tomar decisiones más racionales.