La biometría está en todas partes: en los teléfonos, en el trabajo e incluso en los supermercados. Pero, ¿cómo funciona y es confiable?
La tecnología ha penetrado en casi todos los aspectos de la vida moderna, y a medida que nuestro mundo se vuelve cada vez más digital, proteger la información sensible se vuelve más desafiante. Las medidas de seguridad de datos como las cerraduras y las contraseñas ya no son suficientes. De hecho, las contraseñas plantean riesgos de seguridad para muchos sistemas porque son fáciles de descifrar.
Con la prevalencia de las violaciones de seguridad y el robo de identidad, está claro que la seguridad requiere métodos de autenticación más sólidos. Los sistemas de seguridad biométrica son uno de esos enfoques. Este artículo explicará qué es la biometría y por qué la seguridad biométrica es el futuro de la autenticación.
1. ¿Qué es la biometría?
Biometría proviene de dos palabras griegas: bio que significa vida y métrica que significa medida. Esto significa que la biometría es la medición de las características biológicas de una persona. Desde huellas dactilares y palmas de las manos hasta la forma de andar y los rasgos faciales, no hay dos personas que tengan la misma biometría, ni siquiera los gemelos.
Esta singularidad hace que la biometría sea un medio confiable para la identificación humana porque las características biológicas son más difíciles de replicar que los pines o las contraseñas. Además, la seguridad biométrica es rápida y conveniente: no es necesario recordar secuencias de pines o contraseñas complejas. Los usuarios no pueden olvidar o perder su biometría, a diferencia de las contraseñas o tokens de autenticación.
Lo más importante es que, a diferencia de los sistemas protegidos por contraseña, sería realmente difícil piratear un sistema protegido por biometría.
La biometría funciona comparando los datos biométricos del usuario con una muestra previamente almacenada. Este proceso implica tres componentes principales: un sensor para recopilar datos, software para procesar y comparar datos y una base de datos para almacenar datos.
Toda la estructura de seguridad de la autenticación biométrica se basa en la comparación. El sistema biométrico captura y almacena características personales que permanecen constantes en el tiempo, como huellas dactilares, voz, patrones de retina, reconocimiento facial y patrones de manos. Cuando un usuario presenta una solicitud de autenticación, el sistema compara su biometría con los datos de la base de datos. Si hay una coincidencia exacta, se concede el acceso.
El uso de la biometría como medio de autenticación se remonta a Babilonia. Las huellas dactilares se utilizaron en tablillas de arcilla en transacciones comerciales en Babilonia en el año 500 a. C. La ciencia moderna de la recopilación, clasificación y comparación de huellas dactilares surgió en 1880.
La biometría generalmente se clasifica en dos grupos: biometría física (basada en características biológicas) y biometría del comportamiento (basada en el comportamiento).
La biometría es crucial para la seguridad de la identidad digital por muchas razones: es precisa, ayuda a combatir el fraude, es rápida y conveniente.
Las empresas que manejan datos e información confidencial se beneficiarán de la seguridad mejorada que ofrece la biometría. Estos incluyen: procesos más rápidos, rentabilidad, prevención del robo, almacenamiento de registros simplificado. Se prevé que el futuro de la biometría incluya autenticación multifactor, sistemas de pago biométricos y reconocimiento de voz.