La DIA mmHg es la presión arterial diastólica, que representa la presión mínima en las arterias entre latidos del corazón, cuando el músculo cardíaco se relaja. Este valor oscila entre 50 y 90 mmHg.
Para prevenir enfermedades cardiovasculares, es fundamental comprender la presión arterial, especialmente la DIA (mmHg).
La presión arterial diastólica (DIA) y la presión arterial sistólica son dos indicadores cruciales. La presión arterial sistólica normal en adultos es de 120 mmHg y la diastólica es de 80 mmHg. Una presión arterial sistólica de 140 mmHg o superior y/o una presión arterial diastólica de 90 mmHg o superior se diagnostica como hipertensión.
La diferencia entre la presión arterial sistólica y diastólica debe mantenerse en un rango determinado para generar la presión necesaria para bombear sangre a los órganos. Si la diferencia es inferior o igual a 20 mmHg, el médico lo considerará un caso de presión arterial diferencial baja y procederá a un tratamiento de urgencia.
El valor normal de la DIA (mmHg) se sitúa entre 60 y 90 mmHg. Por debajo de 60 mmHg se considera hipotensión y por encima de 90 mmHg, hipertensión. La presión arterial diastólica alta se debe a la falta de elasticidad de los vasos sanguíneos, que tienden a endurecerse y a sufrir arteriosclerosis.
La presión arterial diastólica suele fluctuar a lo largo del día. Se recomienda medir la presión arterial varias veces en diferentes momentos del día.
La hipertensión, también conocida como el «asesino silencioso», afecta gravemente a la salud y puede provocar la muerte. Los síntomas suelen ser silenciosos y difíciles de detectar, e incluyen: mareos, dolor de cabeza, insomnio, hemorragias nasales, visión borrosa, sudoración nocturna, náuseas y palpitaciones.
Las consecuencias de un aumento de la DIA sin detección y tratamiento oportuno incluyen: crisis hipertensiva o emergencia hipertensiva que requiere hospitalización, insuficiencia cardíaca, infarto de miocardio, enfermedad renal, problemas oculares, etc. Los estudios demuestran que la hipertensión diastólica puede provocar deterioro cognitivo y aumentar el riesgo de complicaciones cardiovasculares graves.
Para medir con precisión la DIA (mmHg), es necesario descansar de 5 a 10 minutos antes de la medición, no hablar, comer ni caminar durante la misma, adoptar una postura cómoda, asegurarse de que el manguito esté a la altura del corazón, tomar la presión arterial al menos dos veces al día, por la mañana antes del desayuno o la medicación y por la tarde-noche una hora después de la cena, y revisar el tensiómetro con regularidad.
Para prevenir la hipertensión, es importante controlar la presión arterial con regularidad, seguir una dieta equilibrada (reducir el consumo de sal, comer muchas verduras y frutas frescas), hacer ejercicio de 30 a 60 minutos al día, limitar el consumo de sustancias estimulantes, mantener un peso saludable, prestar atención a la actividad y el descanso adecuados y reducir el estrés.
La DIA es un indicador crucial que refleja el estado de la presión arterial. Es fundamental comprender la DIA (mmHg) para prevenir complicaciones y proteger la salud.