La vacuna Tdap protege contra el tétanos, la difteria y la tos ferina. Se administra a adolescentes y adultos para prevenir estas enfermedades graves.
Generalmente se administra una dosis de Tdap a los 11 o 12 años. Quienes no la hayan recibido a esa edad, deberían vacunarse lo antes posible. La Tdap es especialmente importante para profesionales de la salud y personas en contacto cercano con bebés menores de 12 meses. Las embarazadas deben recibir una dosis en cada embarazo para proteger al bebé de la tos ferina.
La Tdap contiene componentes inactivados o atenuados de difteria, tétanos y tos ferina. Reduce la mortalidad y la incidencia de estas enfermedades. Al ser acelular, sus efectos secundarios son menores.
Algunas personas no deben recibir la vacuna si han tenido una reacción alérgica grave a una dosis previa que contenga difteria, tétanos o tos ferina, o a cualquier componente de la vacuna.
Los efectos secundarios de la Tdap suelen ser leves y desaparecen solos. Aunque pueden ocurrir reacciones graves, son raras. La mayoría de las personas vacunadas con Tdap no experimentan problemas. Algunos efectos leves incluyen dolor, enrojecimiento o hinchazón en el sitio de la inyección, fiebre baja, dolor de cabeza, fatiga, náuseas, vómitos, diarrea, dolor de estómago o dolor muscular.
Existe una vacuna similar llamada DTaP, que se administra a niños menores de 7 años. Todos los niños deben recibir la DTaP a los 2, 4 y 6 meses de edad, con dosis de refuerzo entre los 15 y 18 meses, y entre los 4 y 6 años.
La principal diferencia entre ambas vacunas radica en la dosis de sus componentes. La Tdap contiene una dosis menor de difteria y tos ferina que la DTaP, ya que los adolescentes y adultos suelen tener cierta inmunidad a estas enfermedades debido a vacunas previas o a la exposición natural.
