Indignado, un término que proviene del inglés «outraged», describe un estado de profunda indignación, ira y furia. Se utiliza para expresar la reacción emocional intensa ante una situación injusta, cruel o que atenta contra los valores morales y las creencias personales. La indignación surge a menudo de la percepción de una injusticia, una desigualdad o la violación de las normas sociales.
El artista, pensador y activista Ai Weiwei, nacido en Pekín en 1957, creció en circunstancias difíciles. Su padre, el poeta Ai Qing, fue perseguido por el régimen comunista chino y exiliado a una remota provincia occidental. Posteriormente, fue aclamado como un gran poeta nacional tras la muerte de Mao Zedong en 1976. En 1981, Ai Weiwei se mudó a Nueva York, donde estudió artes visuales y comenzó su carrera artística. Admiraba las obras «readymades» de Marcel Duchamp – objetos cotidianos elevados a la categoría de arte – y su crítica implícita al sistema de valores culturales. En 1993, al enterarse de la enfermedad de su padre, regresó a China.
Una de las obras más famosas de Ai Weiwei, Dejando caer una urna de la dinastía Han (1995), incorpora lo que Ai llama «readymade cultural». La obra documenta a Ai Weiwei dejando caer una urna ceremonial de 2.000 años de antigüedad, haciéndola añicos en el suelo. Este objeto no solo tenía un valor material considerable, sino también un profundo significado simbólico y cultural. La dinastía Han (206 a. C. – 220 d. C.) se considera un período formativo en la civilización china, y la destrucción deliberada de un ícono de esa época equivalía a desechar todo el patrimonio cultural de China. Con esta obra, Ai Weiwei comenzó a utilizar objetos antiguos como readymades, expresando su escepticismo sobre cómo y por quién se crean los valores culturales.
Algunas personas se indignaron con esta obra, calificándola de blasfema. Ai Weiwei respondió diciendo: «El presidente Mao nos dijo que solo podemos construir un mundo nuevo si destruimos el viejo». Esta declaración alude a la destrucción generalizada de antigüedades durante la Revolución Cultural China (1966-1976) y a la directiva de que para construir una nueva sociedad, uno debía destruir las Cuatro Viejas: viejas costumbres, viejos hábitos, vieja cultura y viejas ideas. Al dejar caer la urna, Ai Weiwei renuncia a las estructuras sociales y culturales que crean valor. El uso de la urna antigua en la obra de Ai Weiwei generó controversia, con muchas personas que se sintieron ofendidas e «indignadas» por lo que consideraron un acto de destrucción del patrimonio cultural.