Colocar un reservorio subcutáneo es un método que facilita la administración de quimioterapia a pacientes con cáncer. Este método reduce las complicaciones asociadas con la administración intravenosa en pacientes con cáncer que reciben quimioterapia.
La colocación de un reservorio subcutáneo, también conocido como «port-a-cath» o «catéter venoso central de acceso periférico totalmente implantable» en español, es un procedimiento que implica la implantación de un dispositivo que consta de un reservorio (port) y un catéter que llega a una vena central del paciente. Este método, desarrollado en 1982, ayuda a reducir complicaciones como la esclerosis venosa, la irritación de la piel y la necrosis del tejido cutáneo expuesto a los medicamentos debido a la administración repetida de quimioterapia a través de venas periféricas durante largos períodos de tiempo.
Además de la administración de quimioterapia, el reservorio subcutáneo también se utiliza para:
- Administrar medicamentos y fluidos sin necesidad de pinchar las venas periféricas.
- Transfusiones de sangre y extracción de muestras de sangre.
- Administración de nutrición parenteral a pacientes que no pueden comer ni beber.
Un reservorio subcutáneo puede durar de 6 meses a 1 año, o incluso más.
El reservorio subcutáneo consta de dos partes principales: el reservorio (port) con un diafragma de silicona y el catéter que se introduce en la vena. El reservorio está hecho de materiales biocompatibles como plástico o titanio, lo que permite a los pacientes someterse a resonancias magnéticas si es necesario. La forma del reservorio puede variar: redonda, triangular, ovalada, etc., pero la estructura básica es la misma.
El reservorio suele colocarse en el pecho para facilitar la conexión con las venas principales del corazón o el cuello, generalmente de 3 a 5 cm por debajo de la clavícula. En algunos casos, el reservorio subcutáneo se puede colocar en el abdomen o el brazo. El diafragma de silicona en la parte superior del reservorio sirve como punto de inserción y fijación de la aguja. El catéter, fabricado con polímeros como silicona o poliuretano, se puede cortar para ajustar su longitud. Un extremo del catéter se conecta al reservorio y el otro se coloca en una vena, generalmente la vena yugular o una vena grande del corazón.
El reservorio subcutáneo funciona mediante la introducción del medicamento en el reservorio, desde donde pasa a través del catéter hasta la vena. El bombeo de sangre del corazón ayuda a que la quimioterapia (o medicamentos, fluidos o nutrientes) se distribuyan por todo el cuerpo.
Ventajas de la colocación de un reservorio subcutáneo:
- Mayor comodidad para el paciente durante la administración de medicamentos o la extracción de sangre a largo plazo, en comparación con las repetidas punciones venosas periféricas.
- Reduce el riesgo de daño tisular causado por medicamentos quimioterápicos de alta osmolaridad que se administran directamente en una vena grande.
- El paciente puede realizar sus actividades normales después del procedimiento sin molestias, incomodidad o preocupación por infecciones o lesiones.
Riesgos asociados con la colocación de un reservorio subcutáneo:
- Formación de trombos: Se pueden formar coágulos de sangre y obstruir el catéter.
- Restricción de la actividad física intensa: Se debe tener precaución al participar en actividades físicas de alta intensidad o movimientos bruscos.
- Cicatriz: Aunque la cicatriz suele ser pequeña y se sutura estéticamente.
- Riesgo de infección en el lugar de inserción del reservorio.
- Neumotórax o hemotórax (muy poco frecuente).
La colocación de un reservorio subcutáneo está indicada para pacientes que reciben quimioterapia, tratamientos intravenosos frecuentes o administración de medicamentos a largo plazo. Está contraindicado en pacientes con trombosis venosa, tromboflebitis en el lugar de inserción, inflamación o infección en el área de inserción, trastornos de la coagulación o enfermedades hemorrágicas.
Procedimiento de colocación de un reservorio subcutáneo:
- Localización de la vena mediante ecografía, punción venosa e inserción del catéter en la vena del cuello.
- Determinación del lugar de inserción del reservorio y creación de un túnel subcutáneo.
- El catéter se pasa a través del túnel subcutáneo y se conecta al reservorio.
- Colocación del reservorio debajo de la piel, fijación del reservorio y cierre de la incisión.
El tiempo de recuperación después de la colocación de un reservorio subcutáneo es de aproximadamente 5 a 7 días. El reservorio puede durar de 6 meses a 2 años. No hay una postura para dormir que sea peligrosa para los pacientes con un reservorio subcutáneo, pero se deben evitar las posturas que ejerzan presión sobre el reservorio. La colocación de un reservorio subcutáneo es una cirugía menor que dura entre 20 y 30 minutos. Si bien la colocación del reservorio puede causar algo de dolor, la sensación de dolor al administrar medicamentos a través del reservorio es mucho menor que la de las punciones venosas frecuentes.